Decía Gomez de la Serna que el mejor empleo que hay es el de supervisor de nubes, tumbado en una hamaca mirando al cielo. Yo hago prácticas como becaria varias veces al día y no es un trabajo fácil, porque el cielo cambia constantemente y hay que estar muy atento. Las nubes no se detienen nunca, cambian de formas y colores, se aceleran con el viento y se pierden por el horizonte. A veces ni aparecen, y otras son tantas que juegan a tapar el sol y el azul del cielo.
Me gusta este trabajo, pero cada vez que levanto la vista y miro hacia arriba, solo pienso en una cosa: en que un día me salgan alas.
No te regalaron una vez un pedacito de ala? Que también sirve para volar... aunque sea en sueños
ResponderEliminarBesooooos